Reversibles y degenerativas no alzheimer

 Demencias

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COMO VIMOS EN LA EDICIÓN ANTERIOR, LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER ES LA MÁS COMÚN DE LAS DEMENCIAS EN LA TERCERA EDAD. ASÍ LO DEMUESTRAN DIVERSOS ESTUDIOS ALREDEDOR DEL MUNDO, QUE ESTIMAN QUE EL 70% DE LAS PERSONAS AFECTADAS POR ESTE TIPO DE PATOLOGÍAS SUFRE DE ALZHEIMER. SIN EMBARGO, A PESAR DE SER EL ALZHEIMER LA DEMENCIA SENIL MÁS COMÚN, NO ES LA ÚNICA QUE PUEDE AFECTAR A LA POBLACIÓN MAYOR DE 65 AÑOS.

Para nadie es desconocido que el envejecimiento de la población es una realidad. En Chile, la esperanza de vida en el siglo XXI es de 77 años, y se proyecta que para el 2050 sea de casi 86 años para las mujeres y de 79 años para los hombres. Unos de los hechos que llama la atención es que en el año 2005 habían 20 adultos mayores de 80 años por cada 100 personas de entre 40 a 44 años, índice que llegaría a un poco más de 113 en el año 2050. Esto nos indica que cada vez existen más adultos que dependen de las generaciones más jóvenes, quienes enfrentan un nuevo rol en sus vidas, el de “cuidadores”. De ahí la importancia de estar bien informados frente a los distintos tipos de enfermedades que aquejan a nuestros mayores, para poderles entregar una mejor calidad de vida  y poder compartir con armonía esta nueva etapa que sin duda tiene aspectos positivos que debemos  aprovechar. Es la etapa en que, a pesar que se presentan mayor número de enfermedades, los adultos mayores acumulan mayor experiencia y sabiduría.

Sin duda una gran dificultad en esta etapa de la vida es como ellos y nosotros enfrentamos uno de los principales problemas, la salud, no sólo la física sino también la mental. El envejecer es inevitable, pero cómo se presente dependerá básicamente de cómo se haya vivido hasta ese entonces.

Envejecer va íntimamente ligado con la pérdida de la capacidad de adaptación y la aptitud de reaccionar adecuadamente frente a los cambios en esta etapa.

Una gran limitación que presentan los adultos mayores es la aparición de las temidas demencias, que si bien la más común es la enfermedad de Alzheimer, existen otras clasificadas también como degenerativas y que sin duda hacen que nuestros mayores requieran mayor comprensión y un trato especial.

La demencia es una pérdida crónica de capacidades cognitivas.Estas capacidades van desde la pérdida de memoria hasta del  juicio producto de una lesión cerebral ya sea producto de un accidente cerebrovascular, un tumor o un traumatismo, como causas más comunes.

La demencia senil se atribuye frecuentemente a enfermedades neurodegenerativas, donde se pierde progresivamente la memoria producto de que las células de nuestro cerebro se mueren por lo que se van atrofiando las diferentes  partes del cerebro.

Al presentarse una demencia, y en consecuencia una pérdida de las funciones psíquicas, las personas se encuentran más expuestas a sufrir una serie de eventos que van desde el extraviarse al estar en un lugar poco familiar, olvidar alguna obligación dentro de la vida diaria que antes realizaba habitualmente y  los accidentes caseros, por nombrar algunos. Los adultos mayores se vuelven más propensos a desorientarse, prestan poca atención al entorno y se distraen fácilmente. Se vuelven comunes las agitaciones nocturnas, no son capaces de manifestar y expresar sus sentimientos y reaccionan de una manera poco adecuada frente a situaciones, lo que implica llorar en exceso o reírse demasiado frente a un hecho determinado. Se exacerban reacciones que antes sólo eran rasgos de personalidad, como por ejemplo un hombre celoso con su esposa ahora se convierte más bien en un celópata.

Otros tipos de demencias

Si bien la enfermedad de Alzheimer es la más común, existen otros tipos de demencias que es importante distinguir y conocer.

Demencia con cuerpos de Lewy:

Es una enfermedad neurodegenerativa, donde se presentan alucinaciones y problemas motrices muy similares a los de una persona que presenta la enfermedad de Parkinson.

Esta sólo se puede diagnosticar en forma precisa mediante un examen post-morten de ciertas células del cerebro.

La edad promedio de su aparición se sitúa entre los 60 y 70 años y sus síntomas pueden, en ocasiones, superponerse a aquellos correspondientes a enfermedades como la enfermedad de Alzheimer y el Parkinson.

Demencia vascular:

Su origen se debe a un accidente cerebrovascular, donde se produce falta de irrigación sanguínea  a ciertas partes del cerebro. Se presenta en forma brusca y precoz y con mayor frecuencia en los hombres.

La forma de prevención es controlando la hipertensión, mediante una buena alimentación, estilo de vida saludable y, si es necesario, tratamiento médico.

Existen otros tipos de demencias que son menos comunes, entre la que se encuentran las producidas por traumatismo craneal, mal de Parkinson y SIDA entre otras causas.

Tips

El ser adulto mayor presenta una serie de aspectos que se deben disfrutar y compartir en esta etapa de la vida:

  • La experiencia
  • Tiempo libre para disfrutar con lo nietos, por ejemplo
  • Tener el tiempo para dar inicio a nuevas actividades
  • Conocer gente nueva
  • Sentir orgullo de tener la posibilidad de vivir esta etapa

Nunca olvide que la memoria hay que cuidarla:

  • Mantenga un buen estado general, a través de una alimentación sana y actividad física.
  • Si no es capaz de recordar todo lo que debe hacer, no se preocupe, para eso existen las agendas.
  • Ejercite su mente e interésese y practique actividades beneficiosas par su cerebro.

No descuide la alimentación

  • El hecho que con los años se disminuya la actividad física puede causar problemas de estitiquez por lo que se recomienda el consumo de fibra proveniente de frutas, verduras y granos integrales.
  • Disminuir el consumo de hidratos de carbono provenientes del azúcar simple, pan y fideos, así como las grasas y aceites, alimentos que entregan más calorías que nutrientes.
  • Beber suficiente agua, aunque no sienta deseos. 6 a 8 vasos al día es lo recomendable.
  • El pescado es un alimento rico en proteínas y de fácil digestión el cual se puede consumir sin problemas dos o más veces la semana.

Actividad física recomendada

 La natación, ejercicios en el agua, el baile o una simple caminata resultan una excelente forma de realizar actividad física.

  • Se recomienda practicarlos en lapsos de 30 minutos, por lo menos, con una frecuencia de tres veces por semana.
  • Si presenta algún tipo de dolor o molestia no olvide consultar a su médico.
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