Desafíos en la relación médico y paciente

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LA RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE ES UN TEMA QUE PREOCUPA EN FORMA PERMANENTE A PROFESIONALES DE LA SALUD E INSTITUCIONES PRESTADORAS DE SERVICIOS SANITARIOS. ES DE TAL IMPORTANCIA, QUE EL DETERIORO DEL VÍNCULO MÉDICO-PACIENTE PARECE INFLUIR EN LA NECESARIA CONFIANZA DE LOS PROTAGONISTAS DE ESTA ESPECIAL FORMA DE RELACIÓN. SE DESCRIBE COMO UNA RELACIÓN HUMANA, ESTABLECIDA ENTRE PERSONAS, UNA QUE ESTÁ ENFERMA Y BUSCA AYUDA, Y OTRA, EL MÉDICO QUE TIENE EL CONOCIMIENTO TÉCNICO Y LA TAREA DE EDUCAR, PREVENIR, SANAR, ALIVIAR, ACOMPAÑAR.

Es una relación que aspira a la confianza mutua en donde el paciente y el médico deben buscar un vínculo horizontal, donde el paciente espera ser escuchado, examinado, se le explique su enfermedad, causas, las opciones de tratamiento, probabilidades de éxito, complicaciones, etc… El médico espera obtener la confianza de su paciente para que éste le exprese sus dolencias, angustias y esperanzas.

Las condiciones que debe tener el médico para ejercer su labor, las enunció Hipócrates hace casi 25 siglos en su famoso Juramento: conocimientos, sabiduría, humanidad.

Uno de los factores que ha llevado a alterar la relación, ha sido el cambio desde una relación basada en el principio de beneficencia, que promueve el mejor interés del paciente, pero sin tener en cuenta la opinión de éste. Supone que el médico posee una formación y conocimientos de los que el paciente carece, por lo que aquél sabe (y por tanto decide) lo más conveniente para éste, a otra que considera el principio de la Autonomía, que tiene un carácter imperativo y debe respetarse como norma. Aquí el paciente decide lo que quiere, acepta o rechaza los tratamientos propuestos, pues se trata de la salud del paciente.

El consentimiento informado sería la máxima expresión del principio de autonomía, constituyendo un derecho del paciente y un deber del médico. Esta tendencia moderna, mayor autonomía, debe llegar a un equilibrio con el concepto de beneficencia, de lo contrario lleva a perjudicar la relación humana entre dos personas de igual dignidad.

Para entender el cambio de una medicina en que predominaba el principio de beneficencia a otra en que prevalece cada vez más el principio de autonomía del paciente, habría que mencionar una sociedad más culta, con mayor y mejor acceso a información médica vía Internet u otras, mayor conciencia de sus derechos, cambios en la organización de la salud (médico como prestador de servicios y paciente como cliente).

Otro factor que ha influido en la relación médico – paciente es el aumento de las expectativas que se ha producido con el desarrollo tecnológico de las últimas décadas. Esto ha llevado a la aparición de nuevos recursos diagnósticos y terapéuticos (imagenología, ingeniería genética, biotecnología, etc.), los que son de gran ayuda en el diagnóstico y tratamiento. Sin embargo, nunca serán sustituto del trabajo clínico del médico, resumen de una enorme cantidad de conocimientos, habilidades y destrezas, y también actitudes éticas, adquiridas a lo largo de su formación.

El consentimiento informado constituye parte de los deberes ineludibles del médico; su omisión, pudiera generar en sí misma una irresponsabilidad. El consentimiento se materializa en tres aspectos: información al paciente de una hipótesis diagnóstica, comunicación de las alternativas terapéuticas con sus riesgos y la obtención del consentimiento. No se trata sólo de formularios o documentos, sino de la comunicación que hace el profesional al paciente, de acuerdo a sus conocimientos, de lo necesario para que éste comprenda lo que se le propone para contribuir a la mejoría de su salud.

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