Una verdadera farmacia natural

Alimentos funcionales, Foshu.

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ESTUDIOS HAN DEMOSTRADO QUE EL CONSUMO DE DETERMINADOS PRODUCTOS (NATURALES O PROCESADOS),  DISMINUYE LA POSIBILIDAD DE CONTRAER CIERTAS ENFERMEDADES. POR ELLO TAMBIÉN SE LES DENOMINA “ALIMENTOS INTELIGENTES”.

Hoy en día se sabe con certeza, que comer no es lo mismo que alimentarse, y que nuestra salud muchas veces dependerá de lo que ingerimos. Por ello, como consumidores ahora nos preocupamos bastante de los componentes de los productos que adquirimos.

Esta idea se engloba bajo el concepto “Alimentación Funcional”, conocida como Foshu por su sigla en inglés (Food for specified health uses), surgida en Japón, en la década de los 80’, con la intención de denominar a aquellos alimentos capaces de aportar nutrientes y propiedades curativas al cuerpo. En palabras simples, se refiere a aquellos alimentos que contienen componentes que ejercen efectos beneficiosos para la salud, los cuales van más allá de la nutrición. Los investigadores precisan aún más, al sostener que estos componentes afectan funciones del organismo de manera específica y positiva, promoviendo un efecto fisiológico o psicológico más allá de su valor nutritivo tradicional. Plantean que su efecto adicional puede contribuir a la mantención de la salud y bienestar o a la disminución del riesgo de enfermar.

Lo anterior es posible  gracias a que la nutrición actual está enfocada a la prevención de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), donde la dieta y el estilo de vida desempeñan roles fundamentales.

Un ejemplo de los beneficios de la alimentación funcional son los ácidos grasos poliinsaturados, omega-3, abundantes en los pescados y mariscos grasos, los cuales junto con sus fosfolípidos  entregan propiedades beneficiosas para la prevención de ECNT.

Por otra parte, como consumidores estamos atentos a nuestro autocuidado y esperamos, a través de los alimentos, alcanzar o mantener nuestra salud y bienestar.

Nada de Light

Es necesario aclarar que este nuevo enfoque no tiene que ver con la comida light ni con alimentos transgénicos, sino con los  antioxidantes y los probióticos, que reducen los niveles de colesterol (a través del omega 3 y 6), evitan algunos cánceres y controlan la osteoporosis (a través del calcio).

Dentro de este contexto, a los alimentos funcionales también se le ha llamado comida inteligente porque,  la persona no sólo se nutre, sino que además permite al organismo ayudarse a sí mismo, comiendo lo que necesita para potenciar ciertas carencias que muchas veces son gatilladas por una mala alimentación. Estos alimentos funcionales están divididos en dos importantes categorías: los alimentos naturales, que científicamente se ha comprobado sus beneficios para la salud (berries, tomates, pescados y mariscos, entre otros), y alimentos alterados o procesados, que se han potenciado para entregar beneficios extra a la salud (leche enriquecida, yogurt  con probióticos, por ejemplo).

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