En búsqueda del equilibrio perdido

Patricia May, Antropóloga.

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LA BÚSQUEDA DEL DESPERTAR DEL ALMA, ESO NI MÁS NI MENOS ES UNO DE LOS OBJETIVOS DE VIDA DE LA RECONOCIDA ANTROPÓLOGA CHILENA PATRICIA MAY. EN ENTREVISTA CON CONTACTO SALUD, NOS CUENTA ACERCA DE SU INTERÉS POR GENERAR UN LAZO ENTRE CONOCIMIENTO CIENTÍFICO Y LAS FILOSOFÍAS ESPIRITUALES, ADEMÁS DE CÓMO, A TRAVÉS DEL CAMBIO PERSONAL PODEMOS GENERAR UN CAMBIO SOCIAL.

Graduada de Antropóloga en la Universidad de Chile, Patricia May se ha dedicado a la docencia en universidades e institutos; ha sido columnista de medios de comunicación; ha dado charlas y talleres a gente tan diversa como profesores municipales, jóvenes, o reclusas; pero principalmente se ha dedicado al estudio y práctica del conocimiento respecto de quiénes somos, de dónde venimos, y hacia dónde vamos. Para eso ha desarrollado una línea de Antropología del Sentido y Filosofías Espirituales, que abordan el aspecto bioenergético-corporal, que nos muestra al ser humano como un ser cósmico, y que nos plantea la meditación como un medio para ir a un contacto con el Ser.

Su especial mirada, ha sido plasmada en 4 publicaciones: “Todos los Reinos palpitan en Ti”, “Nuevos pensamientos, Nuevos Mundos”, “Vivir conscientes” y “De la Cultura del Ego a la Cultura del Alma”.

Todo su trabajo la ha llevado a ser galardonada en el año 2001 con el reconocimiento del Gobierno de Chile como una de las mujeres destacadas por su aporte desde las ciencias sociales al desarrollo social. Y en 3 años consecutivos (2004, 2005 y 2006) fue reconocida dentro de “Las 100 mujeres líderes en Chile”.

Su trabajo lo realiza en dupla con su marido Sergio Sagüez, con quien hace 5 años construyó la Sala del Alma en la zona de Colina-Chicureo, en donde ofrecen Talleres de Conciencia Integral que en 3 niveles entregan el conocimiento y la práctica para quienes anhelan transformarse a sí mismo, y de paso, contribuir para crear un mundo de integración y armonía.

Patricia, como antropóloga,  estudias al mundo desde la ciencia. ¿Cómo nace tu interés por buscar respuesta desde este otro mundo que es la espiritualidad?

Es verdad, yo estoy dentro de una línea particular de la Antropología. Bueno, la pregunta vital nace de una inquietud que yo tenía en mi interior, y era el entender de dónde venimos, qué estamos haciendo aquí, y hacia dónde vamos. Todos esos temas podrían ser definidos como una rama de la Antropología, que es la Antropología filosófica. Ahora, mi quehacer ha desbordado claramente la antropología hoy por hoy, porque yo me recibí e inmediatamente comencé a navegar por otros océanos, que son los mares del autoconocimiento, de la conexión con uno, de preguntarme ya no desde el punto de vista paleontológico, arqueológico, sino desde el punto de vista filosófico-espiritual. Mi viaje, en consecuencia, tiene mucho que ver con un trabajo interno conectado con la meditación, de esta forma fui descubriendo otras dimensiones de mí. Pero además, empecé a darme cuenta que esto que  yo experimentaba en mí, estaba siendo respondido desde las diferentes filosofías mundiales, desde las distintas tradiciones espirituales. Estas filosofías espirituales de las que te hablo, responden preguntas tales como: ¿qué estamos haciendo acá?, ¿cómo estamos viviendo esta vida?, ¿quiénes somos?, ¿quiénes somos antes de nacer? y ¿quiénes somos después de morir? Todas estas son mis preguntas, y tienen que ver con la salud, porque cuando un ser humano se para desde un sentido más grande y se puede ver conectado con todo lo que lo rodea, con el cielo, con la tierra, con la naturaleza, estás sano de espíritu. Creo que la enfermedad tiene un sentido: la enfermedad es un desequilibrio que nos hace buscar, así que estar enfermo tiene un sentido, el dolor es parte de la vida.

Una advertencia para hacer un ‘stop’ en la vorágine que vivimos a diario.

Exacto, cuando nuestro existir transcurre sin contratiempo, nos acomodamos y la vida pasa rápido, pero cuando las circunstancias cambian y debemos enfrentar una enfermedad o una crisis de otro tipo, comenzamos a preguntarnos cosas y eso es lo que nos permite evolucionar.

En tus estudios, has profundizado en las filosofías de distintas culturas, ¿ves similitudes entre todas las filosofías espirituales que has estudiado?

Claro que sí, pues los valores de fondo siempre tienen que ver con el amor, con la compasión, con esta idea de que somos uno, y que eso se manifiesta en frases como ama a tu amigo, ama a tu enemigo.

Pero vemos hoy muchos conflictos a nivel mundial, guerras religiosas, que tratan de imponer una filosofía por sobre otra.

Si, pero quiero aclarar que las religiones no son espirituales, las religiones son instituciones dogmáticas. No todas, pero si muchas religiones son instituciones dogmáticas con ritos, con fracciones, con un ‘nosotros somos los mejores y los elegidos’ ó ‘nuestro maestro es  el verdadero y el de ustedes no’. La espiritualidad siempre tiene que ver con encontrar lo que ‘une’ por sobre lo que ‘separa’. Si hay una postura de ‘yo tengo la verdad y tú no’ claramente no estamos hablando de espiritualidad.

Pero muchas personas se relacionan con su propia espiritualidad a través de la religión.

Claro, pero para mi las instituciones como religiones no son en esencia espirituales, porque son separatistas. Pero sí es posible que algunas personas puedan hacer un auténtico camino de búsqueda a través de las religiones y llegar a lo espiritual.

¿Cuál crees tú es el principal enemigo del despertar del alma en el mundo de hoy?

La extrema aceleración, el materialismo, el individualismo, el vivir constantemente corriendo y no tener momentos para el silencio, para escuchar el alma, incluso no tenemos tiempo para la afectividad, para la relación, para la ternura, para el amor, para nada más que no sea correr, ese es el enemigo principal de nuestro tiempo.

En los últimos años, Chile y el mundo han vivido ciertas catástrofes que han hecho que las personas se pregunten qué es lo que está pasando, le quieren dar un significado a estos hechos, ¿qué opinas de este fenómeno?

Creo que hay una explosión, por parte de los medios de comunicación, de los estados emocionales extremos de las personas, y los noticiarios son ejemplo de eso. Encuentro patético que siempre las dos primeras noticias siempre se relacionen con asaltos o desgracias. Creo que lo que buscan es alimentar el rollo mental, el vicio y la adicción por los estados emocionales extremos y eso se traduce en reconocimiento y rating, lo que se convierte finalmente en dinero, y como todo funciona así, esos son los vicios de nuestra cultura. Creo que, al mismo tiempo, el hecho de estar tan sobre cargados con información -porque estamos conectados por todas partes- nos hace estar más concientes de lo que está pasando en el mundo. Yo creo que de verdad estamos en un momento de mucha crisis, y lo dicen los movimientos sociales, los problemas medioambientales, crisis del orden social y político, lo que encuentro fantástico, porque estamos en un momento de cambio, estamos con la gran posibilidad de generar un cambio.

Mencionas estas crisis sociales, del movimiento de los indignados alrededor del mundo, ¿qué puede hacer uno desde lo individual?

Creo que es muy lícito manifestarse, jamás de manera violenta. Pero lo que encuentro aún más importante es ser coherente en la vida personal. Con respecto al tema de los ‘indignados’ creo que está bien que estemos indignados, o enojados por el tipo de mundo que tenemos, pero yo le agregaría algo más: ‘indignados, pero con un compromiso consciente en la vida personal’.

Hablas de la evolución del alma, ¿de qué manera tú lo llevas a la práctica?

Bueno, soy una practicante de la meditación, trato de tener un ritmo de vida armónico, de darme tiempo, de estar conmigo, de estar en silencio, de no ser excesivamente consumista, de no andar como una loca, eso básicamente.

¿Qué consejo le darías a una persona que recién ahora quiere o está iniciando una búsqueda espiritual?

Creo que hay que empezar por re-priorizar nuestros objetivos, preguntarnos cómo ocupamos nuestro tiempo, cómo ocupamos nuestro dinero, y dar espacio al alma en nuestra vida, de estar haciendo todo de manera consciente. Aconsejaría también realizar prácticas que nos ayuden a reconectarnos con nuestro entorno, como el yoga, la meditación, salir a caminar, cualquier práctica que te haga sentir a ti mismo, porque es increíble que estemos tan desconectados de nuestra propia vida.

 

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