Yoga, una disciplina que incrementa nuestro potencial de transformación y nos acerca a la felicidad.

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YOGA ES UNA DISCIPLINA QUE SURGE DE LA CULTURA VÉDICA; ANTIQUÍSIMA FUENTE DE CONOCIMIENTO Y FORMA DE VIDA ACORDE A LAS LEYES DE LA NATURALEZA Y A LA BÚSQUEDA DE LOS VALORES HUMANOS, QUE SE DESARROLLÓ HACE MILES DE AÑOS EN EL VALLE DEL INDO-SARASVATI, ACTUAL FRONTERA DE PAKISTÁN CON LA ZONA NORTE DE INDIA.

El sabio Patañjali, en su texto yogasutra-s, nos presenta esta filosofía de vida con el propósito de reducir el sufrimiento del corazón, la mente y el cuerpo, para así acercarnos a la felicidad. Explica que el yoga surgió para tratar un fenómeno llamado duhkam que se traduce como “espacio restringido”, sufrimiento, dolor, o aflicción de cualquier forma en nuestra vida. Desde la perspectiva etimológica, duhkam se refiere a un sentimiento de opresión que inhibe el flujo espontáneo de nuestros sentimientos y potencial de vida. Es lo opuesto a un sentimiento de libertad, en donde el fluir de los patrones espontáneos y nuestro potencial no son inhibidos. Este estado se conoce como suhkam, que se puede traducir como un “espacio fluido”, expansión o estabilidad.

Ya sea que entendamos estos dos términos como enfermedad y salud, atadura y libertad, o ignorancia y conocimiento, los textos clásicos del yoga dejan claro que el propósito de esta disciplina es la reducción sistemática de duhkam y como consecuencia la expansión de suhkam; esta es la orientación que deberíamos seguir todos los practicantes de yoga dentro o fuera del espacio de práctica.

Por otro lado debemos tener en cuenta que el vehículo estratégico a través del cual se consigue  el alivio de duhkam es la mente. Casi todos los textos de yoga escritos por maestros clásicos, han expresado muy claramente el rol de la mente en los procesos de transformación de duhkam a suhkam. De ahí que el yoga fuese considerado como una disciplina centrada en la mente, y no con un enfoque en el cuerpo.

Lo que también llama la atención en estos textos, es el hecho de que casi todos tienen una visión de la mente como una función, más que como un órgano. Ahondando en esta idea, particularmente desde el punto de vista de un yogin, es esencial que la mente se vea como una facultad discriminatoria entre diferentes estímulos (que permite respuestas discretas) y además como un medio de comunicación.

Curiosamente, esta forma de concebir la mente puede extenderse también a organismos sin cerebro. Esto implica que la función de la mente puede existir, y existe, en cada célula del cuerpo. Cada célula está íntimamente relacionada con todas las otras células, formando así un ser fascinante hecho de muchas mentes interconectadas. Esta mente existe en nuestra constitución fisiológica y por lo tanto cada célula se vuelve una entidad holística de materia y mente.

Así es como los yogin-s veían nuestro sistema y ofrecían por lo tanto prácticas y métodos dirigidos a esta estructura, las que no solo involucran al cuerpo, sino que transforman la conciencia (citta) y reforman nuestra humanidad.

Entendiendo que en la mayoría de las personas, debido a condicionamientos y modos de vida, la mente se encuentra en un estado de constante modificación y distracción (duhkam), es que Patañjali nos ofrece ocho herramientas para impactarla a diferentes niveles, lleno desde lo burdo a lo sutil : yama (actitudes hacia el mundo exterior), niyama (observaciones personales), asana (postura física), pranayama (expansión y control de la energía vital), pratyahara (control e introspección de los sentidos), dharana (concentración de la mente), dhyana (meditación) y samadhi (trascendencia de todas las limitaciones).

Ninguna de estas ramas puede ser evitada para el avance en la práctica del yoga. Estos ocho aspectos puestos en acción son llamados sarvanga-sadhana, una práctica integral que involucra cada esfera de la vida humana; un viaje de exploración interior y autoconocimiento que nos otorga libertad, felicidad y expansión (suhkam).

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