Coaching para cada día: La trampa del YO SOY

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YO SOY DISPERSO, YO SOY TRANQUILO, YO SOY ALEGRE, YO SOY ENOJÓN. YO SOY… LOS INVITO A HACERSE UNA PREGUNTA: ¿HAN PENSADO DE DÓNDE VIENE ESE JUICIO?

Partamos por el principio. ¿Qué es eso de juicio? No se preocupen, no es necesario traer a sus abogados. A lo que me refiero con esta distinción, es a que ninguna de esas frases con las que inicié este artículo es un hecho, o como lo llamamos en el coaching, una afirmación. Una afirmación, al contrario de un juicio, se refiere a una característica claramente definible de algo o alguien. Por ejemplo: “yo mido 1,73 metros de estatura”, es una afirmación. Decir: yo soy de estatura promedio, es un juicio. Alguien puede tener el juicio de que soy alto, o quizás de baja estatura. De la misma manera, el juicio de “yo soy disperso” puede estar sustentado en algunas afirmaciones, mas no es en si mismo una afirmación.

Sigamos al siguiente paso. ¿De que me sirve saber esto? Bueno, iniciaré respondiendo con otro par de preguntas. ¿Qué posibilidades me abre mi juicio de “yo soy”? Y, por otro lado: ¿Qué posibilidades me cierra? Los invito a una pequeña experiencia de aprendizaje. Piensen un minuto el mundo en el que podrían vivir desde el juicio: “Yo soy el mejor en mi trabajo, porque tengo todas las respuestas”, pero los invito a vivirlo desde la trampa de considerarlo una afirmación, una especie de verdad absoluta.

Pensemos en las posibilidades que me abre. Como yo lo veo, soy seguro de mi mismo. Probablemente en las reuniones de trabajo tengo una tremenda capacidad de aportar y la gente que me rodea me escucha. Me siento validado por los otros y por mí. ¡Qué buen juicio! Podría decir. Veámoslo ahora por el otro lado, mirando las posibilidades que me cierra. Se me ocurre que yo no escucho a los demás. ¿Por qué los escucharía si yo soy el mejor? No va a llegar una idea que supere a las mías así que mejor ahorro tiempo. ¿Y si un día no se me ocurre la solución? Pienso en que es posible que mi juicio sobre mis capacidades me lleve a no pedir ayuda. Se me ocurre que mi autoexigencia me tiene a mil kilómetros por hora y no sé si estoy descansando. Probablemente no. La palabra estrés se viene a mi cabeza. ¿Y cómo se sentirá mi equipo conmigo? Y de repente ya no parece tan buen juicio. Al menos no siempre ni en todos los casos, lo que me lleva a otra pregunta. ¿Qué podría alcanzar si enfrento mi juicio de YO SOY?

Usé a propósito ese juicio, porque el punto acá es simplemente hacer visible el fenómeno. No se trata de que el juicio en si mismo sea bueno o malo, se trata de que cada juicio me cierra posibilidades si lo vivo como una afirmación. Hasta el juicio más bienintencionado como un “soy un gran padre/madre” puede traer sus propias trampas. Finalmente, los YO SOY que traigo conmigo parecen ser formas de entender la vida desde lo que he aprendido. Y si lo he aprendido, es entonces posible aprender otra cosa, otra forma. Desde ahí, mi YO SOY se transforma a un YO ESTOY SIENDO, y el estoy siendo trae consigo la posibilidad de mañana estar siendo de otra manera. En definitiva, la aceptación de la posibilidad de aprender.

Les dejo un par de preguntas. ¿En qué YO SOY te encuentras hoy? Piensa en las posibilidades que te abre y las que te cierra. ¿Qué pasa si te lo planteas como YO ESTOY SIENDO?


Te invito a responder esas peguntas desde la total apertura y consciencia. Bienvenido a ver lo que a veces no vemos.

Contacto:

+569 88123889
IG elopez_coach
1 comentario
  1. Karina SOto Duarte dice

    buenísima columna. Gracias

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