Día de la Hipertensión Arterial: cómo combatir una de las enfermedades más comunes en Chile.

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LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL ES UNA ENFERMEDAD SILENCIOSA QUE AFECTA A MÁS DE CUATRO MILLONES DE PERSONAS EN CHILE Y ES LA PRINCIPAL CAUSA DE MUERTE EN EL PAÍS. POR ESTO, ES QUE EN EL MARCO DEL DÍA MUNDIAL DE LA HIPERTENSIÓN, ESPECIALISTAS EXPLICAN LAS PRINCIPALES FORMAS DE COMBATIR ESTA CONDICIÓN.

La hipertensión arterial, que se define como el aumento de la presión sanguínea dentro de las arterias por sobre 140/90 mmHg, tiene relación directa -en la mayoría de los casos- con el tipo de hábitos que tiene la persona, así, el perfil de quienes son más propensos a sufrir esta enfermedad son aquellos que consumen exceso de sodio o sal, no hacen actividad física, sufren de obesidad o sobrepeso, o beben mucho alcohol. De igual forma, puede ser una condición hereditaria y  aumenta con la edad (al envejecer disminuye la elasticidad de las arterias), de manera que, en quienes tienen menos de 25 años apenas un 1% son hipertensos, en los de 45 años lo son más del 10% y sobre los 65 lo son casi la mitad de las personas”, asegura el médico Patricio Venegas, Cardiólogo de Medicop.

Esta es una enfermedad “silenciosa” porque frecuentemente es asintomática o desarrolla síntomas inespecíficos, que pueden darse en otras condiciones. Entre estos predominan los dolores de cabeza, mareos, visión borrosa, náuseas, vómitos, o dificultad para respirar. La hipertensión al generar daño en las arterias de todos los tejidos, se asocia a diversas enfermedades, como son las cardiovasculares como el infarto al miocardio, los accidentes cerebrovasculares o la insuficiencia renal, explica el médico. La relevancia de esto es porque según la Organización Panamericana de la Salud, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en Chile.

El Cardiólogo de Medicop, Patricio Venegas, explica que para detectar que efectivamente las personas sufren de esta condición hay que realizar mediciones de presión arterial en forma preventiva en la población. Para hacer el diagnóstico definitivo tenemos al menos dos opciones. Primero, tomar la presión arterial con equipos adecuados. Cuando una presión aislada se encuentra elevada, se deben realizar dos tomas de presión, en ambos brazos, y repetir al menos en tres días distintos en un plazo máximo de dos semanas. Cuando tres de cuatro medidas de las presiones están altas, o el promedio es mayor de 140/90, hablamos de hipertensión arterial. Otra opción, es usar un Holter de presión arterial o monitoreos ambulatorios en el domicilio del paciente para su diagnóstico. El Holter de presión es un equipo que la persona lleva durante todo el día para evaluar la presión cada 20 minutos durante el día y cada 1 hora en la noche, lo que permite conocer un análisis más completo de la distribución de las presiones durante el día.

En cuanto a los exámenes, el doctor Venegas, explica que “uno debiera hacer también una pesquisa del daño que ha implicado la hipertensión sobre los tejidos, lo que se llama daño de órgano blanco, así, evaluamos, cómo está la función renal, si el corazón se ha hipertrofiado (engrosado) por este mayor trabajo del músculo cardíaco frente a una presión alta”.

Sobre el tratamiento, el cardiólogo recomienda empezar por medidas no farmacológicas como la dieta y el ejercicio. Lo ideal es ingerir menos de seis gramos de sal al día, evitar el consumo de alcohol y el café, y hacer ejercicio de cardio como caminar rápido, andar en bicicleta, trotar, bailar, o actividades aeróbicas durante 30 minutos al menos 5 veces a la semana. En la mayoría de los casos es necesario agregar medicamentos, pero explica que “se usan distintos medicamentos según el perfil específico del paciente, las patologías asociadas y la edad, que ayudan a definir cuál es el mejor tratamiento a utilizar”.

Un punto importante que acotó el especialista: “se necesita estimular adherencia al tratamiento porque a pesar de que ⅔ de los pacientes con hipertensión están diagnosticados, poco más de la mitad están en tratamiento y de estos menos de la mitad tienen un buen control de su presión. Los pacientes deben tomarse los medicamentos de forma adecuada y  controlarse para ver si están haciendo el efecto esperado”.

La importancia de los “súper alimentos”

Al ser una enfermedad muchas veces relacionada con la alimentación y el estilo de vida del paciente, conocer la dieta y los tipos de comida a los que debería acudir alguien con hipertensión es primordial para determinar el control y evolución de esta condición. De acuerdo a esto, el médico Alfredo Molina, Especialista en Nutrición Clínica de Medicop, explica que “la restricción de sodio en la alimentación ha demostrado disminuir la presión arterial y podría reducir el número y dosis de medicamentos necesarios para lograr un control adecuado de las cifras tensionales”.

La dieta DASH, que se caracteriza por ser alta en antioxidantes, micronutrientes, fibra, nitratos y con efectos antiinflamatorios, es la que será fiel compañera en estas situaciones. El doctor Molina describe que esta forma de alimentación “implica un mayor consumo de frutas y verduras (cuatro porciones diarias), legumbres, dos a tres porciones de lácteos descremados, cereales integrales, carnes magras como el pescado o pollo, nueces y semillas, aceites vegetales”. Mientras que algunos alimentos que destacan favorablemente, es el aceite de oliva, palta, nueces, espinaca, berries y naranjas.

Por otro lado, si la persona afectada no lleva una línea de alimentación recomendada, puede sufrir un aumento en las cifras tensionales, del riesgo cardiovascular y de la incidencia de otras enfermedades crónicas como, por ejemplo, diabetes mellitus, hígado graso o daño renal crónico. Sobre esto, el especialista de Medicop aconseja eliminar los alimentos que sean altos en sodio, grasas saturadas (carnes rojas, derivados de la leche entera, embutidos), azúcares refinados y productos procesados, ya que además de aumentar los niveles de presión arterial, tendría efectos de glucotoxicidad y lipotoxicidad, generando un estado proinflamatorio y de disfunción vascular.

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