Muchos son los prejuicios y bromas que existen en nuestro país en torno a la próstata. Eso, al menos hasta que aparecen algunos malestares relacionados con ese órgano, lo que obliga a estos esquivos pacientes a consultar.
Nos referimos a una glándula que está presente en todos los hombres, del tamaño de una nuez, y que se ubica debajo de la vejiga y rodea a la porción superior de la uretra.
Esta glándula es el órgano formador del semen, por lo tanto, tiene una función sexual muy noble y necesaria, pues se relaciona con la capacidad reproductiva de los varones.
Crecimiento natural
Juan Andrés Venegas, médico urólogo y sexólogo, comenta que el gran problema de la próstata es que se constituye en el único órgano que vuelve a crecer en forma natural, más allá de la pubertad, fenómeno que, en la mayoría de la población, ocurre después de los 50 años.
Lo que plantea el doctor Venegas es muy importante, pues al 30 ó 40 por ciento de los hombres de entre 60 y 65 años, este proceso de crecimiento ocasiona muchos síntomas urinarios; mientras que al 10% de ellos les genera complicaciones, tales como retención completa de orina, obstrucción de los riñones, cálculos en la vejiga, infecciones urinarias, sangramiento en la orina, ente otros (ver recuadro).
“La buena noticia es que hoy en día estas complicaciones se pueden prevenir con un control temprano (a partir de los 50 años), a través de tratamientos medicamentosos que permiten cortar la progresión de este crecimiento prostático”, afirma el especialista.
A pesar de lo anterior, hay un hecho que disuade a los hombres de realizarse este control, y es que, como la glándula se encuentra delante del recto, la evaluación clínica implica palpar su superficie posterior durante un examen rectal.
Si bien existe un examen de sangre que se realiza en forma paralela al clínico, para un buen diagnóstico es fundamental la palpación de la glándula.
Un claro riesgo
Producto del crecimiento de este órgano, además de las complicaciones mencionadas, hay otro serio riesgo: el cáncer de próstata, constituyendo la tercera causa de muerte por cáncer en nuestro país, en hombres mayores de 50 años. En otras palabras, uno de cada seis hombres puede llegar a desarrollar esta enfermedad, la cual no es posible prevenir y que sólo se puede abordar a través de la detección precoz.
“A los 80 años, el 80% de los hombres tiene un foco de cáncer prostático, que no necesariamente arroja importancia clínica, pues no alcanza a desarrollarse como tal. Sin embargo, el diagnóstico temprano del cáncer puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en un paciente de 60 años”, explica el profesional.
Por otra parte, advierte que sí es posible disminuir el riesgo de desarrollar cáncer prostático, a través de un tratamiento de control hormonal. El candidato a esta terapia es todo paciente sobre el cual hay sospechas de estar desarrollando un cáncer, que ocurre cuando el examen de antígeno prostático está alterado, o la persona tiene antecedentes de familiares con esta enfermedad.
Por el contrario, si nunca se ha hecho un control y de pronto comienza con algunos de los síntomas mencionados (además de dolor de huesos), preocúpese pues éstos aparecen cuando la enfermedad está muy avanzada.
Síntomas más frecuentes:
- Ardor al orinar.
- Orina turbia y/o muy fétida.
- Fiebre o malestar general.
- Salida de secreciones o flujos por el pene.
- Incapacidad para orinar.
- Dolor en la parte baja del abdomen.