“SE ESTIMA QUE PUEDE TOMAR HASTA UN PAR DE SEMANAS ACOSTUMBRARSE AL NUEVO HUSO HORARIO, SIENDO MÁS FÁCIL AJUSTARSE AL DE INVIERNO”, ACLARA EL DOCTOR HUGO ESPINOSA DE CLÍNICA TARAPACÁ.
Dos veces al año y en la gran mayoría del territorio nacional, cambia el huso horario. A las 23:59 del próximo 06 de abril, los relojes deberán atrasarse una hora, comenzando el horario de invierno. Independientemente de las razones que se esgriman a favor y en contra de la implementación de esta medida, el cambio de hora puede tener consecuencias en nuestro diario vivir.
Según explica el doctor Hugo Espinosa, médico general con formación en neurología de Clínica Tarapacá, las alteraciones se producen porque se interrumpe el ritmo circadiano natural. “Este es el ciclo biológico interno que regula el sueño, la vigilia y otros procesos fisiológicos en un período de alrededor de 24 horas”.
Cuando se interrumpe este proceso, comenta el especialista, pueden presentarse efectos que van desde trastornos del sueño, como dificultad para quedarse dormido o despertar temprano, a la sensación de fatiga, ánimo irritable o cambiante y falta de concentración: “Nuestro organismo necesita tiempo para hacer el ajuste interno al nuevo horario: no es tan sencillo como el cambio en el reloj. Más aún, si se produce una diferencia significativa en las horas de luz”, sostiene.
No todos los organismos son iguales y a algunas personas les toma más tiempo acostumbrarse al nuevo horario, mientras que otras no sufren ninguna consecuencia. También, los horarios de sueño van cambiando conforme avanza la vida: por ejemplo, mientras es común que los adolescentes duerman mucho, los adultos mayores generalmente manifiestan dormir “cada vez menos”. De todas formas, según el doctor Espinosa, “se estima que puede tomar hasta un par de semanas acostumbrarse al nuevo huso horario, siendo más fácil ajustarse al de invierno”.
En tanto, personas con enfermedades como cefaleas, migrañas, trastornos del sueño existentes o epilepsia, pueden sufrir más aún con el cambio de horario. “Debido a la sensibilidad de estos trastornos neurológicos a los cambios en los patrones de sueño, al estrés y a otros factores relacionados con el ciclo circadiano”, precisa el médico.
Qué hacer
Tal como cuando los niños vuelven al colegio y es necesario reeducar sus hábitos de sueño, acostumbrados a los desvelos del verano y los despertares tardíos de las vacaciones, para enfrentar el cambio de horario se recomienda mantener un orden en las rutinas. “Ojalá mantener un horario regular para dormir, ajustándose gradualmente -si es necesario-, para que el cambio no sea tan evidente”, comenta el especialista.
También es bueno mantener un entorno adecuado para dormir, limitando la exposición a luz artificial, las pantallas de televisores, tablets y teléfonos celulares, generando un ambiente tranquilo que invite al descanso.
“Hacer ejercicio de manera regular también ayuda a lograr un sueño más profundo y reparador, reduce el estrés y colabora con la regulación del ritmo circadiano. Sí es importante evitar hacerlo inmediatamente antes de acostarse, ya que la excitación física va a generar el efecto contrario”, precisa el médico.
Finalmente, es recomendable, en esta rutina de preparación para la hora de dormir, evitar el consumo de cafeína, alcohol y alimentos muy pesados.